sábado, 10 de enero de 2009
HUNTINGTON: UN POLITÓLOGO QUE DEJÓ HUELLA EN EL DESARROLLO DE LA DISCIPLINA
EL APORTE DE HUNTINGTON A LA CIENCIA POLÍTICA
Un intelectual conservador
Por: César Arias Quincot - Periodista e historiador
El fallecimiento de ese notable intelectual que fue Samuel Huntington nos conduce a recordar aquello que conocemos de su obra. Escuché hablar de él, por primera vez, en las brillantes conferencias que dictó Luis Maira, un intelectual chileno, en aquel tiempo desterrado por la dictadura y, más adelante, ministro y embajador político, luego de los triunfos de la Concertación.
Años más tarde, tuve ocasión de adquirir un texto que Huntington escribió a dúo con Brzezinski, quien también fue asesor de Seguridad Nacional del presidente Jimmy Carter. El libro es una comparación de los sistemas políticos de Estados Unidos de América y la otrora Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, hoy Rusia. Allí, el lector podía entender que el sistema soviético no era una simple dictadura, sino un complejo modelo político lleno de sutilezas, cuyo objetivo central era mantener el dominio del Partido Comunista de la Unión Soviética sobre la sociedad.
Un detalle que me impactó fue que los autores señalaban que la clase política norteamericana (democrática) estaba compuesta de modo predominante por abogados, en tanto que su equivalente soviética (totalitaria) estaba compuesta, sobre todo, por ingenieros.
Creativo
Huntington era un conservador, pero, al mismo tiempo, poseía imaginación y creatividad. Por ello, escribió un interesante texto acerca de la “tercera ola” del proceso de democratización a escala mundial, que se inició con la caída de las dictaduras de la Península Ibérica (mediados de la década de 1970) para continuar con la apertura vivida por los gobiernos autoritarios de América Latina (década de 1980), el derrumbe del “socialismo real” en Europa del este y el fin del racismo institucionalizado en Sudáfrica.
No obstante, deseo referirme a su libro más conocido, Choque de civilizaciones, en el que señala que en la actualidad, desde el fin de la bipolaridad, no es que ingresamos a una era del “fin de la historia”, es decir, de término de los conflictos ideológicos, debido a la victoria total de los ideales de las revoluciones liberales de 1776 y 1789. Para Huntington, a partir de fines del siglo XX, si bien existe un acuerdo dentro de la civilización occidental acerca de que hay unanimidad en defender la democracia liberal y la economía de mercado, ello no es universal: otras civilizaciones tienen diferentes perspectivas.
El problema con China no es su ideología marxista –que cada día se diluye al ser contradictoria con el desarrollo capitalista de ese país–. El problema, según Huntington, es que dado que China es otra civilización, sus valores son diferentes, pues sus raíces son confucianas y no cristianas.
He tenido ocasión de revisar un ensayo de Huntington, en el cual sostiene que los hispanos son la única minoría que no trata de asumir a plenitud los valores de la cultura norteamericana. Un texto evidentemente discutible y polémico que no podemos analizar aquí.
Por último, creo interesante señalar que este autor, por ser conservador, no cae en las huachaferías que en Estados Unidos forman la esencia del pensamiento “políticamente correcto”: defensa del aborto, el matrimonio homosexual, la oposición a los valores cristianos en nombre de un gaseoso humanismo laico carente de sustancia.
Publicado en el Diario Oficial:Jueves 08 de enero de 2009.
HUNTINGTON: UN POLITÓLOGO QUE DEJÓ HUELLA EN EL DESARROLLO DE LA DISCIPLINA
FUE UNO DE LOS PILARES DE LA CIENCIA POLÍTICA ESTADOUNIDENSE
Samuel Huntington, el provocador (I)
“Según la Universidad de Harvard fue uno de los especialistas en ciencia política más influyentes de los últimos 50 años”.
Por Fabián Vallas T. - Internacionalista
En víspera de navidades, el politólogo conservador estadounidense Samuel Huntington falleció a los 81 años de edad. Solo dos semestres antes, este incansable profesor de Ciencia Política había continuado dictando su cátedra en la Universidad de Harvard. Detrás queda una abundante contribución a la Ciencia Política, pues pese a ser un conservador y celador de los valores occidentales, se distinguió por sus sugerentes, elegantes y provocadoras teorías.
Sobre todo, fue uno de los grandes pioneros de la rama de la Política Comparada en Estados Unidos. Gran parte de su obra no solo la dedicó a estudiar un caso de un país específico, sino que se encargaba de buscar y aislar las variables causales que afectaban a los distintos fenómenos políticos, como la democratización, el desarrollo, la modernización, el conflicto político, los movimientos subversivos, etcétera.
La mayoría de aquellos que seguían con atención sus obras podía tener dos reacciones: o quedaban seducidos por la simplicidad y elegancia de sus argumentos, y lo defendían ardorosamente de sus detractores; o asumían una posición abiertamente crítica. En resumen, todo menos quedar indiferente.
Sus obras académicas se distinguían, además, por la rigurosidad científica que imprimía y porque tenía la particularidad de establecer tesis que aún perduran en la literatura académica. No obstante las décadas transcurridas de muchos de sus postulados, sus obras son revisadas en las principales escuelas de Ciencia Política en el mundo.
Huntington no fue un simple académico. Caminó con cuidado sobre la delgada línea que divide a los que “estudian la política” y los que “hacen la política”. Durante 1977 y 1978, participó también en el Consejo de Seguridad Nacional del gobierno de Jimmy Carter, justo cuando parecía que el poderío estadounidense declinaba ante la invasión de la Unión Soviética a Afganistán, la entrega del Canal de Panamá y los estallidos revolucionarios en Centroamérica.
No es casualidad que participara en el Consejo de Seguridad Nacional de la primera potencia del mundo. Si recorremos su producción intelectual, encontramos una constante: la preocupación por aquellos conflictos, insurgencia, brotes de violencia, fenómenos sociales que aparecían en el mundo y podrían afectar la hegemonía de Estados Unidos de América.
Modernización
Una de las obras menos conocidas en el Perú de Huntington, pero que mantiene gran actualidad porque podría explicar el proceso de violencia política que experimentamos durante las décadas de 1980 y 1990, es El orden político en la sociedad en cambio. Escrita bajo el contexto del convulsionado mundo de finales de la década de 1960, este trabajo muestra una tremenda preocupación acerca de las repercusiones de los procesos de modernización que experimentaban aceleradamente las poblaciones de los países del Tercer Mundo.
Huntington consideraba que los países pobres vivían un agresivo proceso de modernización de la población (en aquellos años, básicamente, una exposición a los medios de comunicación, escuelas, industrialización de los sectores rurales); pero, al mismo tiempo, estaban divorciados del desarrollo económico. De tal modo que no existían nuevos canales de expresión política de estos nuevos sectores modernos. Las instituciones políticas tradicionales no se habían adaptado a estos nuevos actores sociales y políticos.
El encuentro del crecimiento de las expectativas como producto del proceso de modernización y el poco desarrollo económico originaba un conflicto. No es casualidad que Huntington llegue a la conclusión de que los países más conflictivos no son los que se encuentran en menor grado de modernización. Todo lo contrario, son aquellos países que se modernizan más aceleradamente, pero el sistema económico no satisface las nuevas expectativas generadas y el sistema político tampoco le brinda nuevas oportunidades.
Publicado en el Diario Oficial El Peruano: Jueves 08 de enero de 2009.